La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino que puede afectar a cualquier parte del tracto gastrointestinal desde la boca hasta el ano. Se cree que la enfermedad de Crohn es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y microbianos. En las últimas décadas, los científicos han investigado el papel de la microbiota intestinal en la patogénesis de la enfermedad de Crohn.
La microbiota intestinal, también conocida como microbioma intestinal, es la comunidad de microorganismos que viven en el tracto gastrointestinal. Esta comunidad está compuesta por bacterias, hongos, virus y otros microbios. La mayoría de los microbios intestinales son bacterias, y se estima que hay miles de millones de bacterias diferentes en el tracto gastrointestinal de cada persona.
La microbiota intestinal realiza muchas funciones importantes en el cuerpo humano. Por ejemplo, ayuda a la digestión y absorción de nutrientes, produce vitaminas, previene el crecimiento de bacterias perjudiciales y fortalece el sistema inmunológico. La composición de la microbiota intestinal puede afectar la salud de muchas maneras diferentes, y los desequilibrios en la microbiota se han relacionado con una amplia variedad de condiciones de salud.
Se sabe que los pacientes con enfermedad de Crohn tienen un desequilibrio en su microbiota intestinal, pero no está claro si este desequilibrio es la causa o el resultado de la enfermedad. Uno de los hallazgos más interesantes en la investigación de la enfermedad de Crohn ha sido la identificación de bacterias específicas que se encuentran en mayores cantidades en los pacientes con Crohn en comparación con las personas sanas.
Una bacteria comúnmente encontrada en los pacientes con enfermedad de Crohn es Escherichia coli adherente-invasiva (AIEC). AIEC puede colonizar el revestimiento intestinal y mantenerse en contacto con las células del huésped durante períodos prolongados. También se ha informado que otras bacterias, como Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis (MAP), están involucradas en la enfermedad de Crohn. MAP se ha encontrado en pacientes con Crohn y ha demostrado capacidad para infectar y multiplicarse dentro de las células del huésped.
AIEC y MAP pueden causar inflamación crónica en el intestino delgado y grueso, lo cual contribuye a la patogenia de la enfermedad de Crohn. AIEC puede adherirse a las células epiteliales y luego invadirlas, lo que provoca la muerte de las células epiteliales y la liberación de citoquinas inflamatorias. MAP también puede causar daño celular y liberación de citoquinas inflamatorias. Además de estos efectos directos, se cree que las bacterias implicadas en la enfermedad de Crohn pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad al activar una respuesta inmunológica inapropiada en el huésped.
Los tratamientos actuales para la enfermedad de Crohn incluyen antiinflamatorios, inmunomoduladores y terapias biológicas. Algunos estudios han demostrado que la modulación de la microbiota intestinal podría ser una opción terapéutica prometedora para la enfermedad de Crohn.
Hay varias formas de modificar la microbiota intestinal, incluyendo cambios en la dieta, el uso de antibióticos y la administración de probióticos o prebióticos. La dieta puede afectar la composición de la microbiota intestinal, y se sabe que ciertos alimentos pueden ser beneficiosos o perjudiciales para la microbiota. Los antibióticos pueden matar bacterias beneficiosas junto con bacterias perjudiciales, lo que puede tener efectos negativos en la microbiota intestinal. Los probióticos y prebióticos son suplementos diseñados para mejorar la composición de la microbiota intestinal.
Hay evidencia preliminar que sugiere que la modulación de la microbiota intestinal podría ser eficaz para el tratamiento de la enfermedad de Crohn. Un estudio encontró que el uso de probióticos redujo la inflamación en el intestino delgado en pacientes con enfermedad de Crohn. Otro estudio encontró que los pacientes con enfermedad de Crohn respondieron mejor al tratamiento con terapias biológicas si tenían una microbiota intestinal más diversa.
Aunque no se sabe exactamente cómo la microbiota intestinal contribuye a la patogenia de la enfermedad de Crohn, la identificación de bacterias específicas que se encuentran en mayores cantidades en los pacientes con Crohn sugiere que existe una relación biológica importante. Además, los estudios que muestran que la modulación de la microbiota intestinal podría ser una opción terapéutica prometedora para la enfermedad de Crohn sugieren que la investigación continua en este campo es importante. La comprensión de la relación entre la microbiota intestinal y la enfermedad de Crohn puede proporcionar nuevas oportunidades para el desarrollo de terapias más efectivas para esta enfermedad crónica.