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Relaciones simbióticas entre células procariotas y otros organismos

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Introducción

Los microorganismos incluyen una gran variedad de seres vivos que tienen un papel fundamental en el equilibrio ecológico del planeta. Dentro de este grupo, las células procariotas, como las bacterias y las arqueas, son especialmente importantes debido a su capacidad para establecer relaciones simbióticas con otros organismos. En este artículo, nos enfocaremos en las relaciones simbióticas entre células procariotas y otros organismos.

Relaciones simbióticas

Una relación simbiótica es una interacción entre dos organismos que viven juntos y se benefician mutuamente. En el caso de las células procariotas, estas pueden establecer relaciones simbióticas con otros microorganismos, plantas o animales. Estas relaciones pueden ser clasificadas en tres tipos: mutualismo, comensalismo y parasitismo.

Mutualismo

En una relación mutualista, ambas partes se benefician mutuamente. Un ejemplo de esto es la relación entre las bacterias del género Rhizobium y las plantas leguminosas. Las bacterias son capaces de fijar nitrógeno del aire y transformarlo en una forma que las plantas puedan utilizar, mientras que las plantas proporcionan a las bacterias un ambiente rico en nutrientes y protección contra depredadores. Otro ejemplo de mutualismo ocurre en los intestinos de los animales, donde las bacterias ayudan a la digestión y el sistema inmunológico del huésped, mientras obtienen un lugar cálido y rico en nutrientes para vivir. De esta manera, los microorganismos se benefician de la digestión de los alimentos no digeridos por el huésped y de los nutrientes que se derivan de ellos.

Comensalismo

En una relación de comensalismo, uno de los organismos se beneficia mientras que el otro no es afectado. Un ejemplo de esto son las bacterias que viven en la piel humana, como Staphylococcus epidermidis, que no daña al huésped y, de hecho, puede incluso proporcionar algún tipo de protección contra daños externos, pero no interactúa significativamente con él.

Parasitismo

En una relación parasitaria, un organismo se beneficia a expensas del otro. Un ejemplo de esto es la bacteria que causa la tuberculosis en humanos, Mycobacterium tuberculosis. Esta bacteria infecta los pulmones de los huéspedes y utiliza los recursos del huésped para sobrevivir y reproducirse, pero causa daño y enfermedad en el proceso.

Simbiosis y evolución

Las relaciones simbióticas entre los organismos han sido un elemento importante en la evolución de la vida en la Tierra. Se ha sugerido que la evolución de las células procariotas y eucariotas fue el resultado de una simbiosis entre diferentes tipos de microorganismos, y que la evolución de las plantas y los animales fue moldeada por las relaciones simbióticas que establecieron con los microorganismos. Por ejemplo, se cree que la evolución de las plantas fue influenciada por una simbiosis ancestral entre una cianobacteria y una célula no fotosintética. Se habría formado una auténtica alianza entre estos dos organismos, dando lugar a lo que más tarde se convertiría en cloroplastos, que permiten a las células de las plantas realizar la fotosíntesis, es decir, obtener energía a partir de la luz solar.

Simbiosis en la salud humana

Las relaciones simbióticas también son relevantes para la salud humana. Por ejemplo, la población de bacterias presentes en el intestino humano (la microbiota) juega un papel importante en la digestión y la salud del sistema inmunológico. La microbiota puede ser influenciada por factores como la dieta, los antibióticos y la edad, y alteraciones en su composición han sido relacionadas con enfermedades como la obesidad y la enfermedad inflamatoria intestinal. Además, ciertos microorganismos que forman parte de la microbiota pueden ser probióticos, es decir, proporcionar beneficios a la salud al ser ingeridos en cantidades adecuadas. Los probióticos pueden ser utilizados para tratar y prevenir enfermedades, como infecciones gastrointestinales, infecciones de las vías urinarias y enfermedades inflamatorias del intestino.

Conclusión

Las relaciones simbióticas entre células procariotas y otros organismos son fundamentales para la vida en la Tierra. Estas relaciones han tenido un papel importante en la evolución de la diversidad biológica y en la salud humana. Es importante tomar en cuenta la importancia de las relaciones simbióticas y continuar investigando sobre su funcionamiento y efectos en los distintos sistemas biológicos.